La vida está llena de experiencias fascinantes, personas que nos aportan
y con las que nos sentimos contentos y nos hacen más sabios, libros que
leer, lugares que conocer, abrazos que dar, tantas tantas cosas que
aprender, maravillas, amigos, lecciones, sabiduría, poemas, canciones,
pinturas, jardines, bosques, playas.
Hay misiones que merecen que nos comprometamos con ellas. Si, eso también.
La vida puede estar llena de sentido, objetivos, sueños, trabajo,
esfuerzo, energía. Puedes conseguir hacer la diferencia a la vez que
realizas aquello que más amas hacer.. Y puedes ayudar a otras personas
que sientan que tu experiencia, conocimientos y apoyo les hace avanzar
hacia sus propios objetivos. Eso si tiene sentido. Eso si vale la pena.
Yo elijo que mi vida tenga sentido y elijo, por tanto, en que gastar mis emociones, mis palabras y mi tiempo.
Yo elijo enfocarme en lo que si me aporta, si me ilumina, si me alegra, si me enseña, si me hace avanzar.
Hago poco caso a lo que no me gusta, aunque, cuando es necesario, no
dudo en poner claros los límites a las situaciones abusivas y, desde
luego, trabajo intensamente y sin miedo al que dirán para desbaratar la
injusticia y la estupidez en mi campo de influencia.
Pero me enfoco
en las cosas que amo y que me hacen avanzar. Mi hijo, las personas que
amo, las personas que me enseñan y a quienes les ayudo. Lo demás, en
realidad, basta con mantenerlo lejos de ti. No es necesario estar
revolcandose en la mierda o reconcomiéndose por lo que no nos gusta de
los demás.
Buscad vuestro elemento y centráos en eso. Ayudaréis mucho al mundo y a vosotras y vosotros mismos con esa decisón.
¿Y tu, te enfocas en lo que amas?
Mireia Long
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